Desde la encomienda de Barcelona retomamos el apartado destinado a conocer los lugares del Reino de Aragón, donde estuvieron conviviendo los templarios.
Para ello hemos seleccionado un nuevo texto de nuestro buen amigo, el investigador y escritor D. Jesús Ávila Granados de su libro “Templarios en las tierras del Ebro”, donde nos habla de lugares y rutas para disfrutar de un distraído y placentero recorrido por el tiempo.
Desde Temple Barcelona estamos seguros que disfrutaréis de su lectura.
Fotografía de
Campredó (Baix Ebre, Tarragona)
Campredó, pueblo que pertenece al municipio de Tortosa, fue testimonio del paso y del asentamiento de numerosas culturas a lo largo de los tiempos, gracias a su singular emplazamiento sobre la ribera izquierda del Ebro, a medio camino entre Tortosa, Amposta, el litoral mediterráneo y los Puertos de Beseit; por eso su historia se pierde en la nebulosa del tiempo. Por sus fértiles tierras trascurre
Después de la batalla, el conde Ramón Berenguer IV no dudó en dividir en tres partidas, o heredados, el territorio conquistado, y concedió a
Y fue aquí, en este privilegiado enclave de Campredó, donde los templarios se hicieron fuertes al mismo tiempo que potenciaron los recursos naturales y agrícolas de la zona, que comercializaban a través de las vías terrestres y fluviales. Y más todavía, durante el siglo XIII, y a consecuencia del progresivo avance del Delta, la acumulación de barro en el fondo del río obligaron a las embarcaciones de mayor calado a amarrar en Port Rodó, aumentando considerablemente la logística comercial de los templarios, cuando los caballeros, desde las torres de vigilancia, controlaban exclusivamente todo el tráfico que llegaba para abastecer a la ciudad de Tortosa.
Campredó conserva actualmente algunas construcciones relacionadas con
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