“La Casa del Saber”, ilustrada en una enciclopedia del siglo XVI muestra las relaciones entre las varias disciplinas académicas medievales. En la ilustración podemos observar una división por pisos y que son:
La planta baja y el primer piso imaginan la gramática.
Asomados a las ventanas del segundo piso están de izquierda a derecha; Aristóteles que representa la lógica, Cicerón que simboliza la retórica y la poesía y por último Boecio que alegoriza la aritmética.
En el tercer piso vemos de izquierda a derecha; Pitágoras que encarna la música, Euclides que personaliza la geometría y Ptolomeo que implica la astronomía.
Aparecen después en el cuarto piso de izquierda a derecha; Platón que aparenta la filosofía y Séneca que atribuye la moral.
En la cima encontramos a Pier Lombardo, teólogo italiano del siglo XII, que alude los sumos estudios de teología y metafísica.
En el exterior, cerca de la puerta de entrada, una mujer que se considera inventora del alfabeto romano, conduce al interior a un estudiante pasando una puerta en la que dice “Armonía”.
Es sin duda la Casa del Saber una representación alegórica a la iniciación de los conocimientos, donde los científicos de la época, sabían que todo saber estaba en armonía con el resto y donde se reconocía a la teología y a la metafísica como la culminación final en la evolución de todas las materias.
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