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lunes, 6 de febrero de 2012

Evangelio dominical: Jesús predicó y expulsó demonios.


Desde la encomienda de Barcelona seguimos con la reflexión del evangelio del Día del Señor. Para ello hemos seleccionado el de ayer domingo 5 de febrero.

Desde Temple Barcelona os invitamos a que desde vuestros hogares también reflexionéis sobre su contenido.

Escena de Jesús sanando a la suegra de Simón.

Cuando salió de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés.
La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron de inmediato.
Él se acercó, la tomó de la mano y la hizo levantar. Entonces ella no tuvo más fiebre y se puso a servirlos.
Al atardecer, después de ponerse el sol, le llevaron a todos los enfermos y endemoniados, y la ciudad entera se reunió delante de la puerta.
Jesús curó a muchos enfermos, que sufrían de diversos males, y expulsó a muchos demonios; pero a éstos no los dejaba hablar, porque sabían quién era él.
Por la mañana, antes que amaneciera, Jesús se levantó, salió y fue a un lugar desierto; allí estuvo orando.
Simón salió a buscarlo con sus compañeros,
y cuando lo encontraron, le dijeron: "Todos te andan buscando".
Él les respondió: "Vayamos a otra parte, a predicar también en las poblaciones vecinas, porque para eso he salido".
Y fue predicando en las sinagogas de toda la Galilea y expulsando demonios. (Mc 1, 29-39)

Reflexión: Sobre estos versículos del capítulo primero de San Marcos, encontramos a un Jesús que no sólo se limitó a predicar la Palabra, sino que participó activamente en la expulsión de demonios y sanando igualmente a enfermos. Los seguidores de Cristo, debemos servir con humildad a continuar el trabajo que Él legó a la humanidad. Acompañar a los enfermos e intentar ayudarles a que sanen, es un requerimiento fundamental para ayudar a los más necesitados. De igual modo, debemos mantenernos con Cristo y de ese modo Él nos protegerá ante las fuerzas de Satanás, derrotándolo y expulsándolo del entorno humano.

Plegaria: Ayúdanos Señor a desarrollar activamente en nuestra sociedad la Palabra que nos revelaste para que la paz del Señor nos embriague cada día de su presencia, apartándonos de ese modo de las garras del mal.

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