Desde la encomienda de Barcelona proseguimos con el apartado dedicado a la meditación del evangelio del día del Señor de ayer 19 de febrero.
Desde Temple Barcelona deseamos que su reflexión nos sea productiva.
Unos días después, Jesús volvió a Cafarnaún y se difundió la noticia de que estaba en la casa.
Se reunió tanta gente, que no había más lugar ni siquiera delante de la puerta, y él les anunciaba
Le trajeron entonces a un paralítico, llevándolo entre cuatro hombres.
Y como no podían acercarlo a él, a causa de la multitud, levantaron el techo sobre el lugar donde Jesús estaba, y haciendo un agujero descolgaron la camilla con el paralítico.
Al ver la fe de esos hombres, Jesús dijo al paralítico: "Hijo, tus pecados te son perdonados".
Unos escribas que estaban sentados allí pensaban en su interior:
"¿Qué está diciendo este hombre? ¡Está blasfemando! ¿Quién puede perdonar los pecados, sino sólo Dios?"
Jesús, advirtiendo en seguida que pensaban así, les dijo: "¿Qué están pensando?
¿Qué es más fácil, decir al paralítico: 'Tus pecados te son perdonados', o 'Levántate, toma tu camilla y camina'?
Para que ustedes sepan que el Hijo del hombre tiene sobre la tierra el poder de perdonar los pecados
-dijo al paralítico- yo te lo mando, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa".
El se levantó en seguida, tomó su camilla y salió a la vista de todos. La gente quedó asombrada y glorificaba a Dios, diciendo: "Nunca hemos visto nada igual". (Mc 2, 1-12)
Reflexión:
Muchas veces creemos que la ciencia y la tecnología humana son capaces de explicar todo lo que nos rodea, pudiéndonos de esa forma olvidar de
Plegaria:
¡Señor!, muéstranos cada día tu Gracia y sánanos de la ignorancia para que nunca nos alejemos de Ti; porque Tuyo es el Reino, el poder y
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