Desde la encomienda de Barcelona, queremos compartir un texto publicado en forumlibertas y el cual también secundamos.
La religión está por encima de cualquier tipo de ideología política; ya que pretende llegar a todo aquel que desee aceptarla con la única finalidad de salvar su alma.
Aquellas gentes que se implican, entienden y aceptan a la religión como vía principal para su desarrollo personal e identitario. Se transforman en auténticos individuos pertenecientes a un Todo; liberándolos de todo aquello que simplemente es pasajero y volátil.
Precisamente por eso, el individuo que siente a Dios como algo que le pertenece, pero que al mismo tiempo se siente deudor hacia Él. Acepta con humildad el destino al cual el Todopoderoso le ha propuesto.
La envidia, el recelo, la avaricia, la codicia y todas aquellas formas que impliquen a toda costa acaparar metas que lejos de saciar a la persona, lo único que consiguen es todo lo contrario. Cuando el deseo puede más que la razón. Es cuando el individuo deja de ser libre para convertirse en esclavo. Y ciertamente, la política, se convierte en una mezcla de buenos propósitos con intentos de conseguir esos fines a cualquier precio.
Por eso la religión, no debe ser instrumentalizada por “lo mundano”; sino que ésta continúe ejerciendo de una manera natural, su influjo en la sociedad. Haciendo ver a las personas que la fe en Dios es la mejor manera de conseguir una sociedad más libre y al mismo tiempo más justa.
Deseamos que su texto sea de vuestro agrado.
Los representantes del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso y del Comité permanente de Al-Azhar para el Diálogo entre las Religiones Monoteístas pidieron "prestar mayor atención al hecho de que la instrumentalización de la religión con fines políticos o de otro tipo puede ser fuente de violencia".
Lo hicieron al concluir el encuentro anual del Comité conjunto para el diálogo de las dos representativas entidades católica y musulmana, celebrado en la sede de Al-Azhar de El Cairo los pasados 23 y 24 de febrero, informó este martes ‘L'Osservatore Romano’.
Ese toque de atención es una de las recomendaciones que aparecen en la declaración final, firmada, como conclusión de los trabajos, por el presidente del dicasterio vaticano, el cardenal Jean-Louis Tauran, y el presidente del Comité para el diálogo de Al-Azhar, el jeque Muhammad Abd Al-Aziz Wasil.
Los representantes católicos y musulmanes examinaron en el encuentro anual el tema "El fenómeno de la violencia confesional: comprender el fenómeno y sus causas y proponer soluciones con especial referencia a la función de las religiones en este propósito".
Fueron recibidos por el gran imán de Al-Azhar, Muhammad Sayyed Tantawi, a quien el cardenal Tauran agradeció su condena de los violentos ataques en Naga Hamadi la pasada Navidad ortodoxa, en la que murieron seis cristianos y un policía musulmán.
El imán había expresado su solidaridad con las familias de las víctimas y había reafirmado la igualdad de derechos y deberes para todos los ciudadanos, independientemente de su pertenencia religiosa.
Ante el reconocimiento del cardenal Taurán, el gran imán declaró haber hecho sólo lo que consideraba que era su deber frente a esos trágicos acontecimientos.
Recomendaciones
Además del toque de atención a la instrumentalización de la religión, la declaración final del encuentro también recoge otras recomendaciones.
Los líderes católicos y musulmanes piden "abrir el corazón al perdón y a la reconciliación recíprocas, condición necesaria para una coexistencia pacífica y fecunda".
También "reconocer las similitudes y respetar las diferencias como requisito para una cultura de diálogo basada en valores comunes".
Recomiendan "afirmar que ambas partes se comprometen de nuevo a reconocer y a respetar la dignidad de todo ser humano, sin distinción por pertenencia étnica o religiosa".
La declaración conjunta también pide "oponerse a la discriminación religiosa en todos los campos (leyes justas deberán garantizar una igualdad fundamental)".
Continúa recomendando "promover ideales de justicia, solidaridad y cooperación para garantizar una vida pacífica y próspera a todos", así como "oponerse con determinación a cualquier acto que tienda a crear tensiones, divisiones y conflictos en la sociedad".
Por otra parte, pide "promover una cultura de respeto y de diálogo recíproco a través de la educación en casa, en la escuela, en las iglesias y en las mezquitas, difundiendo un espíritu de fraternidad entre todas las personas y comunidades".
En este sentido, recomienda "oponerse a los ataques a las religiones por parte de los medios de comunicación social, en particular a través de canales por satélite, dado el efecto peligroso que estas transmisiones pueden tener sobre la cohesión social y sobre la paz entre comunidades religiosas".
Finalmente, pide "asegurarse de que la predicación de los responsables religiosos así como la enseñanza escolar y los libros de texto no contengan declaraciones y referencias a eventos históricos que, directa o indirectamente, puedan suscitar una actitud violenta entre los seguidores de las distintas religiones".
Alto nivel
Los participantes son representantes católicos y musulmanes de alto nivel, que, tras la reunión, destacaron el clima de respeto y amistad reinante en el encuentro, que propició un abierto intercambio de opiniones.
Por parte del Islam, Al-Azhar se considera la voz académica más prestigiosa del mundo sunnita. Su delegación estaba compuesta, además de por Muhammad Abd Al-Aziz, por los profesores Omar Al-Dieb Muhammad y Taha Musatfa Abu Kreisha,y el jeque Ali Abd Al-Baqi Shahata, miembros de la Academia para la investigación islámica y del Comité permanente.
En representación de la Iglesia católica, la delegación del Consejo Pontificio estaba compuesta, además de por el cardenal Tauran, por el secretario del Consejo Pontificio, el arzobispo Pier Luigi Celata; el nuncio apostólico en Egipto, el arzobispo Michael Louis Fitzgerald; el vicario del Patriarca católico copto en El Cairo, el obispo Botros Fahim Hanna; el jefe de la oficina del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, monseñor Khaled Akasheh; el oficial del Consejo Pontificio ‘Justicia y Paz’, monseñor Bernard Munomo Muyembe; y el hermano dominico René-Vincent de Grandlaunay, del Instituto de Estudios Orientales de El Cairo.
Tras el encuentro de El Cairo, la próxima reunión del Comité se celebrará en Roma, del 23 al 24 de febrero de 2011.
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