Desde la encomienda de Barcelona, continuamos con nuestro apartado dedicado a los personajes de
Hoy le toca el turno a Abraham, recorriendo esta vez los antepasados del Antiguo Testamento. Desde este humilde rincón, deseamos que su lectura sea de vuestro agrado.
Imagen de Abraham (el primero de los tres patriarcas) junto a su hijo Isaac.
La llamada de Abraham
El episodio de la torre de Babel divide a la humanidad en naciones que compiten entre sí, y en ese momento la elección de Dios recae sobre un pueblo concreto. En el Génesis 12, 1-2 habla con Abraham, hijo de Téraj y descendiente de Sem, el hijo de Noé: “Vete de tu tierra, de tu parentela y de la casa de tu padre, a la tierra que yo te indicaré. Yo haré de ti una nación grande”. La posterior obediencia de Abraham (al que en la primera parte del relato se lo llama Abram) invierte la desobediencia previa de la humanidad y lo afirma como patriarca de Israel.
En el siglo XX, muchos expertos han estado lo bastante seguros de sus conocimientos sobre el antiguo Oriente Próximo para situar a los antepasados de Israel en el segundo milenio a.C. Recientemente, esta conclusión se ha puesto en duda. Algunas características de los relatos bíblicos apuntan a un período posterior al del segundo milenio. Una serie de presuntos paralelismos entre las pruebas arqueológicas y la narración bíblica se han sometido a un análisis más minucioso y se ha demostrado que no están tan próximos como se creía. Además, muchas costumbres y creencias que supuestamente caracterizaron el segundo milenio a. C. se prolongaron a lo largo de siglos posteriores. Esta evaluación ha llevado a diversas autoridades a sostener que las tradiciones de los antepasados fueron producidas básicamente por la comunidad israelita de fecha muy posterior, es posible que incluso en el período de exilio (587/586-
El relato de Abraham comienza en la antigua ciudad sumeria de Ur, en el sur de Mesopotamia, urbe importante hasta que en
Muchas características del relato de los antepasados apuntan a la existencia de pastores nómadas. Se ha postulado que los autores bíblicos fueron habitantes urbanos que consideraron despectivamente a los nómadas y que intentaron resaltar que los fundadores de Israel procedían de zonas urbanas asentadas.
Los viajes de Abraham
Aunque el relato bíblico de la trayectoria de Abraham parece incluir una serie de capítulos desconectados, lo cierto es que abarca varios temas específicos. En muchos sentidos, la narración del patriarca sintetiza la posterior historia de Israel. Después de la llamada de Dios, Abraham abandona Jarán en compañía de su esposa Sara (que a esta altura del relato se llama Saray) y de su sobrino Lot. El grupo se desplaza a Canaán. Abraham edifica altares e invoca a Yahveh en Sikem y Betel. Más adelante, deja Egipto y construye otro altar en Mamré, cerca de Hebrón. Estos sitios son lugares de culto de los antiguos cananeos y
A causa del hambre, Abraham, Sara y Lot viajan a Egipto. Abraham se convierte en acaudalado mercader gracias, sobre todo, a que el faraón protege a Sara en cuanto ésta entra a su servicio. Al final Abraham, Sara y Lot se ven obligados a abandonar Egipto y regresan a Canaán. Estos viajes recuerdan la tradición de la migración de las tribus israelitas a Egipto en tiempos de José y el éxodo posterior con Moisés.
Al llegar a Canaán, Abraham y Lot deciden seguir caminos distintos. Lot se dirige a la orilla meridional del mar Muerto y se asienta en la llanura del río Jordán. Parece que, en principio, Abraham pensaba compartir Canaán con Lot, pero éste escoge la parte del valle del Jordán situada más allá del territorio prometido por Dios. Posteriormente, en el Génesis 19, se afirma que Lot es el antepasado de los moabitas y los ammonitas transbordados (cabe la posibilidad de que este Lot no tuviese nada que ver con el sobrino de Abraham). La separación del patriarca y su sobrino representa la división de los descendientes directos de Abraham y sus parientes étnicos: Israel es el único heredero legítimo del compromiso divino. Las promesas de Dios a los antepasados quedan garantizadas por
La versión de “P” de
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