Desde la encomienda de Barcelona, continuamos con otro personaje bíblico. Esta vez del Nuevo Testamento; tocándole el turno a San Esteban.
El texto lo hemos extraído del libro titulado "La Biblia", del doctor en teología J.R. Porter.
Deseamos que su contenido sea de vuestro agrado.
Imagen de la muerte de San Esteban.
Esteban, uno de los siete supervisores de la distribución de alimentos entre los hebreos y los helenistas, fue el primer seguidor de Jesús que murió por la fe. La historia de su martirio, narrada en Hechos 6 y 7, se divide en dos partes: el relato del juicio y la muerte a pedradas (Act 6, 8-15 y 7, 54-60) y su discurso al sanedrín o consejo (Act 7, 1-53). El discurso intercalado apenas guarda relación con el juicio y el apedreamiento y probablemente se trata de un ejemplo de polémica antijudía que Lucas incluyó como defensa ante las autoridades judías. Cabe recordar que esta clase de discurso aparecen regularmente en la obra de Lucas.
La muerte de Esteban se debió a disputas intensísimas entre los judíos grecoparlantes: ignoramos si sus adversarios contaban con una o con varias sinagogas en Jerusalén, pero está claro que incluían judíos del norte de África y de Asia Menor que se habían asentado en la ciudad. La narración del juicio presenta estrechos paralelismos con el juicio al que Jesús es sometido en los evangelios: los helenistas sobornan a testigos falsos que acusan a Esteban de blasfemia y de predecir que Jesús destruirá el Templo de Jerusalén (Act 6, 13-14). La acusación de que Jesús pretende destruir el Templo no aparece en el Evangelio según Lucas, por lo que es probable que el evangelista la trasladara al juicio de Esteban. En el evangelio, Jesús es condenado después de afirmar que el Hijo del hombre estará sentado a la diestra del poder de Dios (Lc 22, 69). De manera afín, la furia de la muchedumbre se desata cuando Esteban tiene la visión del Hijo del hombre a la diestra de Dios (Act 7, 55). A parte de los evangelios, es la única parte del Nuevo Testamento donde aparece la expresión “Hijo del hombre”. Esteban pide que sus asesinos sean perdonados y reza para que Jesús reciba su espíritu (Act 7, 59-60), palabras que recuerdan las que Jesús pronuncia en la cruz en el Evangelio según Lucas (Lc 23, 34 y 23, 46).
No está claro hasta qué punto el apedreamiento de Esteban contaba con autorización legal porque, bajo el dominio romano, probablemente el sanedrín ya no tenía potestad para imponer la pena de muerte. No se alude a una condena formal antes de que la muchedumbre se abalanzase sobre Esteban y lo apedreara, por lo que pudo tratarse de un linchamiento. Sin embargo, algunas pruebas apuntan a que el sanedrín intentó recuperar la capacidad de imponer la pena capital siempre que se presentara la ocasión. El historiador Flavio Josefo afirma que la ejecución de Santiago (hermano de Jesús) fue fomentada por miembros del sanedrín, que aprovecharon el intervalo, en 62 d. C., entre la muerte de un procurador romano y la llegada del siguiente. Se presentaron quejas y el procurador entrante destituyó al sumo sacerdote. En el caso de Esteban, es posible que los cabecillas judíos supusieran que los poderes romanos harían la vista gorda ante la ejecución.
El discurso de Esteban ante el sanedrín (Act 7) es el más largo de Hechos y marca una fase importante en lo que Lucas considera el proceso de separación entre el cristianismo y el judaísmo. Casi todo el discurso de Esteban se relaciona con la afirmación de que vaticinó la destrucción del Templo. Afirma que la historia de Israel ha sido un devenir de constante desobediencia a Dios. El pueblo se opuso sin cesar a Moisés y apeló a otros dioses. Al final construyeron el Templo, que desde el principio fue un error porque “no habita el Altísimo en edificios fabricados por mano de hombre” (Act 7, 48). Algunos grupos judíos, como la comunidad de Qumran, eran contrarios a la institución del Templo y Esteban parece representar una variante radicalizada en el seno de la comunidad cristiana helenista. Manifiesta una opinión que trasciende la de Lucas, que tiene una perspectiva más favorable del Templo, y en el Nuevo Testamento la posición de Esteban está más próxima a la de la carta a los Hebreos. En las últimas palabras, Esteban se dirige directamente a quienes lo escuchan y los acusa de rechazar al Espíritu Santo, tal como hicieron sus antepasados (Act 7, 51-53). Sean cuales fueren las circunstancias reales de la ejecución de Esteban, para Lucas representa el rechazo del verdadero Mesías por parte de la nación y, consecuentemente, el rechazo de Dios.
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