Queremos continuar nuevamente con el apartado dedicado a los símbolos cristianos. Esta vez analizaremos “la luz” en los evangelios de Mateo, Lucas y Juan; utilizando para ello algunos de sus versículos.
Vale la pena el decir, que el simbolismo que tiene la luz es muy amplio. La luz nos transmite una serie de sensaciones como por ejemplo: seguridad, entendimiento, solución, senda a seguir, etc.
Cuando éramos pequeños y nos decían nuestros educadores “¡o te portas bien o vas al cuarto oscuro!”, se asociaba la carencia de luz como un castigo; puesto que la oscuridad el ser humano la percibe como algo negativo.
Esta sensación es transmitida por Mateo de la siguiente forma:
“El pueblo asentado en tinieblas, vio gran luz; y a los sentados en región y sombra de muerte, luz les esclareció.” (Mt 4, 16)
La luz está producida por el “alumbramiento” de Jesús al mundo. Jesucristo es la solución a la muerte. Nuestro Señor es la esperanza de la humanidad.
De similares características también nos habla Lucas en su evangelio:
“Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, con que nos visitó desde lo alto la aurora, para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte; para encaminar nuestros pies por camino de paz.” (Lc 1, 78-79)
Lucas con sus palabras, profundiza un poco más que Mateo, explicándonos que el Hijo de Dios traerá la paz a la humanidad y que para ello debemos seguirle.
Pero sin duda es Juan quien recoge de boca del Mesías, la verdadera naturaleza de Nuestro Salvador.
“Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. ” (Jn 8, 12)
Aquí no sólo es el Hombre que salvará al mundo de la oscuridad, de sus miserias y de la muerte eterna; sino que se alza como dador de vida, derrotando de esta forma a la muerte corpórea de los hombres.
Pero sin duda a Juan no se le escapa un detalle importante para no dudar de las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo, veámoslo:
“Entre tanto que tenéis la luz, creed en la luz, para que seáis hijos de luz.” (Jn 12, 36)
No sólo debemos confiar en las palabras de Jesús, sino que tenemos que tener fe, creer en ellas sin dudar, porque ese es el secreto para que la luz venza a la oscuridad, el sentir su presencia en nosotros mismos.
que bendicion leer este mensaje Dios les vendiga por siempre amen
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