Desde la encomienda de Barcelona, queremos abordar qué repercusión tuvo
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Aunque fuera también una región fronteriza, el papel de los templarios en el este de Europa fue algo distinto del que desempeñaron en la península. En el sudeste europeo, el reino católico de Hungría limitaba al sur con los serbios ortodoxos griegos y los búlgaros al este con los cumanos paganos. En el este Bohemia, aunque formaba parte del “Imperio”, no era alemana, sino checa, y a partir de 1198 tuvo sus propios reyes, deseosos de hacerse con más territorio en el este en la medida de lo posible. El reino católico de Polonia, cristiano desde el siglo X, se dividió en ducados a comienzos del siglo XIII, y los duques rivalizaban entre ello para obtener más poder, autoridad y territorios. El reino de Polonia, como una sola entidad, no volvió a instaurarse hasta 1295 y no tuvo de nuevo una monarquía estable hasta 1320.
Toda esa región estaba muy poco poblada y pobremente cultivada en comparación con el resto de Europa. A diferencia de Inglaterra, por ejemplo, donde los bosques primitivos habían sido despojados en
Los príncipes de Europa oriental se dieron cuenta de que la mejor manera de poblar sus tierras deshabilitadas era poniéndolas en manos de las órdenes religiosas: tanto las monásticas tradicionales –por ejemplo, benedictinos y cistercienses-, como las de “nuevo estilo” –más radicales y acomodaticias- de los agustinos y las órdenes militares. Esas órdenes religiosas disponían del capital necesario para fundar aldeas y pueblos y podían atraer campesinos del oeste europeo deseosos de arrendar tierras en el este. Para incentivar su traslado a esos arrendatarios se les prometería grandes extensiones de tierra y unos términos contractuales muy atractivos. Cuando la tierra rindiera, el donante original podría exigir un pago anual en concepto de arriendo o una parte de la producción. Viniera o no especificado en la carta de donación algún tipo de contraprestación directa, lo cierto es que los donantes se beneficiarían del volumen de comercio en la región, pues éste a su vez generaría riqueza en sus tierras.
Por medio de la donación y la colonización, esos donantes esperaban establecer sus dominios y delimitar sus fronteras. Quien cedía tierras a una orden religiosa demostraba en efecto que en primer lugar debía ponerlas en manos de esa institución, la cual le estaría siempre agradecida y lo compensaría con el pago de una renta.
En resumen, la colonización suponía un aumento de prestigio, riquezas y territorio para el propietario de las tierras. Fue la razón principal de la llegada de órdenes religiosas a la región durante
La cuestión de la frontera pagana fue abordada de modo diverso en las distintas zonas del este de Europa. El intento colonizador emprendido por los caballeros teutónicos en el sudeste de Hungría se vio frustrado en la década de 1220 cuando los hermanos fueron considerados una amenaza para la hegemonía húngara en la región. Los cumanos paganos no representaban una amenaza tan grande como los alemanes, y fueron vistos como aliados a los que había que asimilar, más que como enemigos a los que había que combatir. En el noreste de Europa los príncipes ortodoxos rusos preferían imponer tributos, mientras que los cristianos católicos pretendían convertir y/o conquistar.
Las órdenes militares podían desempeñar un papel importante en las campañas misioneras. Podían colaborar con los misioneros (por lo general monjes cistercienses o frailes dominicos y franciscanos), y encargarse de su protección mientras viajaban para predicar por las tierras paganas. También se encargaban de proteger a los nuevos conversos de los ataques de los que seguían siendo paganos. Podían realizar incursiones en territorio pagano para hacer prisioneros y obtener algún que otro botín, “amansando” a la población en lo que cabría calificar de acto preliminar a la tarea pacífica de los misioneros. Los hombres de Iglesia creían que una demostración de la superioridad militar cristiana servía para persuadir a los paganos a convertirse con mayor prontitud. En 1200 el obispo Alberto de Riga, una nueva ciudad comercial situada en la desembocadura del río Duina en Livonia (la actual Letonia), fundó
El papel de los templarios en la zona fue mucho menos significativo que el que desempeñaron los teutónicos e incluso los hospitalarios. Llegaron al noreste de Europa bastante tarde y no obtuvieron propiedades importantes hasta la década de 1220. Como esa época se corresponde con el inicio de una cruzada activa contra los prusianos paganos, podría afirmarse que los príncipes de la región comenzaron a favorecer a los templarios por su asociación con la guerra santa, aunque no se pidiera a
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