Los templarios nunca tuvieron numerosas propiedades en Bohemia y Moravia, donde recibieron muchas más donaciones tanto los hospitalarios como los teutones. Las primeras que se concedieron a los templarios en esas regiones datan de 1230 aproximadamente. Tuvieron una casa en la ciudad de Praga, que fue fundada poco después de 1230, y que disponía de una capilla con una nave circular inspirada en la iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén. En el sur de Moravia tuvieron una encomienda fortificada en Cejkovice –actualmente un castillo barroco construido alrededor de la muralla y la torre templaria- y un castillo probablemente fuera construido para defender la región de la amenaza de sus peligrosos vecinos. Los templarios no fueron llevados a Bohemia para combatir. Les fueron concedidas tierras en parte como agradecimiento por su piedad y por la defensa que hacían de
Igualmente, los templarios no dispusieron de grandes propiedades en Hungría, aunque recibieron donaciones de tierras y casas en ese país al menos desde la década de 1160. El monasterio de San Gregorio de Vrána en Dalmacia (Croacia), que formaba parte del reino de Hungría, fue confirmado como propiedad suya por el papa Alejandro III (1159-1181) en 1169, y en la década siguiente la orden tenía ya tantas propiedades en la región que estableció la “provincia” administrativa de Hungría. El rey Béla III (1172-1196) y sus hijos, Imre I (1196-1204) Y Andrés II (1205-1235), concedieron tierras y privilegios a la orden. Esa generosidad con los templarios tenía su origen en el interés de dichos monarcas por las cruzadas: el propio Andrés participó en la quinta cruzada en 1217. Estos reyes también favorecieron a
Las propiedades de los templarios en Hungría central no se han conservado: podemos confirmar que tuvieron dos casas, una en Keresztény (la actual Egyházasfalu) y otra en Esztergom. Se sabe que dispusieron de más casas en Croacia, donde, además de las ruinas de una fortaleza en Vrána no recibieron mucha atención por parte de los autores de la época.
Tomás de Spalato también habla de una acción de los templarios en Croacia en abril de 1241, cuando Hungría sufrió el ataque de los mongoles. Los nobles húngaros, según cuenta ese autor, tardaron demasiado tiempo en prepararse para el combate, y su rey, Béla IV (125-1270), tuvo una actitud negligente. Pero en Sajó, Croacia, el rey Colomán (hermano de Béla), el arzobispo Hungrin y “un tal maestre de los caballeros del Temple” (Jaime de Montreal) pasaron inmediatamente a la acción. […]
[…] Al igual que en Oriente, cabía acusar a los cristianos latinos de haber actuado imprudentemente a la hora de atacar al enemigo. La retirada de los mongoles aquel mismo año no tuvo nada que ver con la resistencia que pudieran oponer los cristianos. No obstante, el desprecio de Tomás de Spalato ante la cobardía de los nobles húngaros y la falta de diligencia del rey Béla en su calidad de general, pone de manifiesto por qué era tan necesario que hubieran actuado. Los que huían del enemigo o no entablaban combate en el campo de batalla a su debido tiempo eran tildados de cobardes y perdían para siempre su reputación como militares; y cuando un guerrero perdía su reputación, más le valía morir. Era preferible intentar algún ataque contra el enemigo, aun sabiendo que iba a ser en vano, que quedarse con los brazos cruzados.
Los mongoles también se lanzaron contra Polonia en abril de 1241. Los templarios de este país enviaron una misiva a su hermanos de Francia solicitando ayuda, y el maestre de
Los mongoles devastaron las posesiones de los templarios en la región, destruyendo dos de sus “mejores torres” y tres aldeas desprotegidas. Los templarios y los hospitalarios de Polonia formaron parte del ejército del duque Enrique II de
Las tierras de los templarios en Alemania oriental y Polonia formaban parte de la provincia de Alemannia y Sclavonia (Alemania y Eslavonia), que fue establecida en la década de 1220. Unos años antes los templarios habían recibido sus primeras tierras en lo que actuamente es Tempelhof, al sur del Berlín moderno y a orillas del río Oder, y sus proximidades. Estas tierras pertenecían a los margraves de Brandeburgo, la familia de los Ascanier, que siguieron apoyando a
En la década de 1220, el vecino y rival de los Ascanier, Enrique I de Breslau, miembro de la familia de los Piast y duque de
En 1290 los templarios recibieron otra gran extensión de tierra árida en la misma región, regalo del duque Przemysl de
A la muerte de Enrique I de Breslau en 1238, su hijo Enrique II lo sucedió en
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