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miércoles, 8 de abril de 2009

Indicios del Temple en América.


Todo ello podría explicar por qué los mexicanos y más en concreto los chelques, esperaban el regreso de unos hombres barbudos que debían gobernarles y procedentes de allende el Gran Mar donde nace el sol.

Jacques de Mahieu cree, por otra parte, haber encontrado rastros de la presencia templaria en América en un determinado número de símbolos.

En primer lugar, los hombres de Pizarro se asombraron de encontrar cruces escalonadas en el Perú. Otro elemento interesante es que en México se encuentran numerosas cruces patadas semejantes a las de la Orden del Temple. Es posible descubrirlas hasta en el mismo escudo Quetzalcoatl, en vasos, en pectorales de bronce. Son frecuentes asimismo unas cruces semejantes a las “cruces cátaras” y señala la presencia de “sellos de Salomón” en Paraguay.

Para Jacques de Mahieu, no cabe ninguna duda de que los templarios cargaban en la Bahía de Todos los Santos y en el puerto de Parnaïba (Brasil) lingotes de plata que les habrían permitido acuñar moneda y financiar la construcción de catedrales.
Para Mahieu:

“No se trata de una simple suposición. Hemos visto, por otra parte, que el edificio principal de Tiahuanacu, que los indígenas denominaban Kalasasaya y que no estaba terminado, en 1290, cuando la ciudad fue tomada por los araucanos de Kari, era una iglesia cristiana de la que el difunto padre Héctor Greslebin pudo, reproduciendo en escayola, a pequeña escala, las ruinas actuales y los bloques de piedra labrada que se encuentran a un kilómetro, en lo que constituía una cantera, levantar la maqueta. Es más la estatua de dos metros de alto que los indios conocen con el nombre de El Fraile, es la copia exacta, estilo a parte, de la de uno de los apóstoles de la portada gótica de Amiens: el mismo libro de cierre metálico en la mano izquierda, la misma rama de mango cilíndrico en la derecha, las mismas proporciones del rostro.”

Continúa hablando sobre la Adoración del Cordero, tal como lo vemos en el tímpano de la catedral de Amiens y que él observa en un friso:

“El motivo central responde en sus menores detalles a la descripción apocalíptica del Cordero. Las cuarenta y ocho figuras de las tres filas superiores representan, con sus atributos respectivos, a los doce apóstoles, a los doce profetas menores y a los veinticuatro ancianos portadores de cítaras y de copas de oro, tal como describe San Juan en el Apocalipsis. En la fila interior, se ve a dos ángeles tocando la trompeta, instrumento desconocido en la América precolombina.”

En Island, a siete kilómetros de Avalón, fue descubierta una escultura que representa a un hombre cuyos rasgos recuerdan los de los indios. Esta figura pertenecía a la capilla de la encomienda templaria llamada de “Saulce-d’Island”.

Además se asemeja mucho a otras representaciones que existen en la encomienda de Salers.

Muchas coincidencias, ¿no creen?

1 comentario:

  1. https://www.youtube.com/watch?v=WclaJvGrRRE

    Conferencia de Jacques de Mahieu sobre el tema

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