En un artículo aparecido en 1962, Seidemberg pretende demostrar con pruebas que el origen ritual de contar se impuso por hechos observados y evidentes.
Partiendo de la hipótesis de que una serie definida de palabras acompañada de una actividad familiar en la cual las palabras que son empleadas constituyen los elementos esenciales para contar:
- Los nombres de los participantes en un ritual a las palabras que los anuncian eran palabras de carácter numérico.
Así, la “seriación” es el ritual y la “cuenta” es el mito, la intención del mito, es decir, o interpretar la significación del ritual.
- El recuento elevado puede haberse alcanzado a partir de largas procesiones de participantes; la base empleada correspondía al número de personas en un ritual fundamental y la necesidad de emplear grandes números provendría de la repetición continua de este ritual de base.
Esta demostración se basa, según su autor, sobre un cierto número de elementos que deben ser presentados a título de hechos históricos.
1. La procesión ritual.
2. La procesión ritual por parejas.
3. La presencia de participantes del ritual en escena en el momento del llamamiento.
4. El llamamiento que toma la forma de llamada. Es necesario también darse cuenta de los hechos aquí mencionados; forman parte del testimonio histórico.
En conclusión, el autor, considerando un mito como la forma de palabras asociadas a un ritual, pretende que el fenómeno de contar era frecuentemente el elemento central de un ritual y que los participantes en un ritual eran contados.
Desde aquí sugiere la hipótesis de que el recuento fue inventado como un medio de llamamiento de los participantes del ritual a la escena.
Nadie sabe con certitud si el hombre primitivo desarrolló el concepto de número a partir de necesidades prácticas y utilitarias o de influencias diversas ejercidas por la religión y la magia.
De cualquier modo, es muy probable que el desarrollo de las matemáticas pueda haber sido influida en su origen por las prácticas religiosas, y en particular, el concepto del número y la geometría del hombre primitivo reflejan aspectos ligados al dominio religioso.
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