Desde
la Encomienda de Barcelona deseamos compartir con todos vosotros una nueva
leyenda templaria. Esta vez la historia, sucede en tierras leonesas. El texto está
hecho por el investigador histórico, el valenciano D. Santiago Soler Seguí,
cuya publicación la hemos extraído del libro “Codex Templi”.
Desde
Temple Barcelona, confiamos que su lectura os gustará.
Portada de Codex Templi
Cuenta la leyenda que
tras la batalla de Alarcos, en la que los moros vencieron a Alfonso VIII, un
bravo caballero abanderado perteneciente a la Orden del Temple, en medio de la
fragorosa batalla, perdió el estandarte que portaba con la Vera Cruz.
Apesadumbrado,
cabizbajo y triste, regresaba el templario a Ponferrada, ya que este estandarte
era una magnífica y preciadísima reliquia, traída de Jerusalén. En su camino de
regreso, repentinamente, se le aparició en una encina una figura de mujer que
irradiaba una misteriosa luz a su alrededor; aquella aparición consoló al
caballero y alabó su valentía en la batalla, exculpándolo así de la pérdida de
la importante reliquia; también le pidió que volviera con sus compañeros de
armas al día siguiente.
El caballero explicó
a sus compañeros cómo se le había aparecido aquella luminosa mujer y repitió
las amables palabras que le había dedicado. Todos juntos regresaron al día
siguiente al lugar prodigioso y el templario reconoció inmediatamente la encina
maravillosa. Allí esperaron los guerreros una nueva aparición, pero nada
sucedió; el joven caballero, sintiéndose burlado por la luminosa figura, golpeó
con fuerza el árbol con su hacha: en ese momento, abierta en dos la encina,
apareció en su interior la imagen de la Virgen; llevaba al Niño en su brazo y
la Vera Cruz perdida en el combate, en el otro.
Ésta es la leyenda
que explica la aparición de la Virgen de la Encina, patrona del Bierzo, en
Ponferrada. Esta magnífica población leonesa tiene una gran tradición
templaria, muy arraigada en su cultura popular.
La Virgen de la
Encina se celebra el 8 de septiembre, día en el que miles de bercianos,
llegados de toda la comarca, realizan su ofrenda a la Virgen en su basílica de
la Encina. Estos festejos, que suelen durar alrededor de diez días, llenan las
calles de colorido, música y devoción.
También cabe destacar
en Ponferrada la llamada “noche templaria”. La noche de la primera luna llena
del verano, miles de vecinos acuden al castillo ataviados con ropajes típicos
de la época medieval y recrean algunos episodios de la tradición templaria.
El magnífico castillo
templario de Ponferrada, situado en lo alto de una colina, vigilando el río
Sil, está relacionado con todo tipo de leyendas y se le atribuyen innumerables
simbologías esotéricas. Se asegura que esta fortaleza, donada en el año 1178 a
la Orden del Temple y construida sobre un antiguo castro romano, esconde entre
sus muros numerosos tesoros templarios, incluida el Arca de la Alianza y el
Santo Grial. El número de sus torres y la disposición de éstas tienen algo de
mágico. Tiene doce torres, todas distintas, y se levantaron siguiendo un
trazado astronómico, a semejanza de las constelaciones del zodíaco; su triple
recinto amurallado, tan útil en lo militar como significativo en lo esotérico,
también ha sido objeto de estudio entre los especialistas. Se dice que aquí, en
la maravillosa fortaleza de Ponferrada, doce caballeros templarios custodiaban
el Santo Grial, como doce son las torres y doce los signos del zodiaco.
Imagen de la Virgen de la Encina, patrona del Bierzo.
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