Desde
la Encomienda de Barcelona deseamos compartir con todos vosotros el santo
evangelio de este Jueves Santo, que como bien sabéis, habla de la Cena del
Señor con sus discípulos.
Desde
Temple Barcelona os deseamos que disfrutéis de su lectura.
‘Antes de la fiesta
de Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al
Padre, él, que había amado a los suyos que quedaban en el mundo, los amó hasta
el fin. Durante la Cena, cuando el demonio ya había inspirado a Judas Iscariote, hijo
de Simón, el propósito de entregarlo, sabiendo Jesús que el Padre había puesto todo en sus manos y que él había
venido de Dios y volvía a Dios, se levantó de la mesa, se sacó el manto y tomando una toalla se la ató a la
cintura.Luego echó agua en un recipiente y empezó a lavar los pies a los discípulos y a
secárselos con la toalla que tenía en la cintura. Cuando se acercó a Simón Pedro, este le dijo: "¿Tú, Señor, me vas a lavar
los pies a mí?". Jesús le respondió: "No puedes comprender ahora lo que estoy haciendo,
pero después lo comprenderás". "No, le dijo Pedro, ¡tú jamás me lavarás los pies a mí!". Jesús le
respondió: "Si yo no te lavo, no podrás compartir mi suerte". "Entonces, Señor, le dijo Simón Pedro, ¡no sólo los pies, sino también las
manos y la cabeza!". Jesús le dijo: "El que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies,
porque está completamente limpio. Ustedes también están limpios, aunque no
todos". El sabía quién lo iba a entregar, y por eso había dicho: "No todos ustedes
están limpios". Después de haberles lavado los pies, se puso el manto, volvió a la mesa y les
dijo: "¿comprenden lo que acabo de hacer con ustedes? Ustedes me llaman Maestro y Señor; y tienen razón, porque lo soy. Si yo, que soy el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, ustedes también
deben lavarse los pies unos a otros. Les he dado el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo hice con ustedes”.’ AMÉN (Jn 13, 1-15)
Escena de Jesús en el lavatorio de pies a sus discípulos
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