Desde
la Encomienda de Barcelona queremos compartir con todos vosotros la reflexión
del evangelio dominical de ayer Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor.
Como bien sabéis el domingo es el día escogido por la Iglesia para la
celebración solemne de la Eucaristía, puesto que fue en domingo cuando Nuestro
Señor resucitó de entre los muertos, venciendo a la muerte. Podríamos decir que
los cristianos, interpretamos el domingo como el día semanal de ‘la vida’. Una
vida en Cristo.
Desde
Temple Barcelona deseamos que su lectura os sea gratificante.
‘El primer día de la
semana, de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue al
sepulcro y vio que la piedra había sido sacada. Corrió al encuentro de Simón
Pedro y del otro discípulo al que Jesús amaba, y les dijo: "Se han llevado
del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto". Pedro y el otro
discípulo salieron y fueron al sepulcro. Corrían los dos juntos, pero el otro
discípulo corrió más rápidamente que Pedro y llegó antes. Asomándose al
sepulcro, vio las vendas en el suelo, aunque no entró. Después llegó Simón
Pedro, que lo seguía, y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo, y
también el sudario que había cubierto su cabeza; éste no estaba con las vendas,
sino enrollado en un lugar aparte. Luego entró el otro discípulo, que había
llegado antes al sepulcro: él también vio y creyó. Todavía no habían
comprendido que, según la Escritura, Él debía resucitar de entre los muertos.’
(Jn 20, 1-9)
Reflexión:
Esta breve
explicación del evangelista Juan, nos muestra cómo las Antiguas Escrituras se
ven cumplidas con la Resurrección de Jesús el Cristo de entre los muertos. He
aquí, cómo el sufrimiento, la angustia y la muerte física de Jesús, no pueden
evitar la Victoria de Dios Padre frente al Mal. La muerte, como queda
demostrado, no es el final de la vida, sino la continuación de la misma en el
Reino de Dios. En un plano más puro que el terrenal, donde el pecado no tiene
cabida.
Plegaria:
¡Señor! Te damos
gracias por demostrarnos que la muerte no es el final y que ningún sufrimiento
nos debe hacer perder la esperanza y la ilusión por la vida; ya que Tú nos has
dado la vida eterna.
No hay comentarios:
Publicar un comentario