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miércoles, 30 de marzo de 2011

Las órdenes militares: La orden de San Lázaro


Desde la encomienda de Barcelona reemprendemos el apartado dedicado a la divulgación de las diferentes órdenes militares. Esta vez, recuperamos un texto del periodista y escritor, Juan Ignacio Cuesta, publicado en su libro “Breve historia de las Cruzadas”, donde nos habla de los lazaristas.

Desde Temple Barcelona, deseamos que su lectura os sea gratificante.

Fotografía de D. Carlos de Gereda y Borbón, 49º Gran Maestre de la Orden de San Lázaro.

Los monjes de San Lázaro habían llegado mucho antes a Tierra Santa para atender a leprosos, pero fue durante la Primera Cruzada cuando se transformaron en una orden militar, con el nombre de Caballeros de San Lázaro o Lazaristas. Tenían por costumbre atender a cualquier miembro de otra orden que contrajera esta enfermedad, a los que acogían y atendían adecuadamente. En el año 1115 se constituyeron como comunidad independiente, bajo la regla de San Agustín. Dos bulas confirmaron este hecho, la emitida por Pascual II y la promulgada por Alejandro IV, en 1255.

Sufrieron una gran derrota en la batalla de Gazza, el 18 de octubre de 1244, pereciendo todos. Posteriormente, una vez reconstruida la orden, volvieron a ser masacrados en Mansourah, junto a hospitalarios, templarios y teutónicos (1250). Su Gran Maestre moriría durante el asedio a San Juan de Acre, ciudad portuaria que sería tomada en el 1291. Todas sus posesiones fueron a parar a manos de Saladino.

Tras el gran desastre de la primera expedición, San Luis, regresó a Francia con doce hermanos lazaristas, cediéndoles el castillo de Boigny, que sería a partir de ahora su casa central. Desde aquí se expandirían por todo el territorio francés. También cruzaron el mar para ira a establecerse al otro lado del Canal de la Mancha, en la ciudad inglesa de Burton en Staffordshire.

En 1490 Inocencio VIII los unió a los hospitalarios de San Juan pero, como los caballeros franceses permanecieron autónomos, poco después León X procedió a su separación. Enrique IV los uniría a los monjes del Carmelo que estaban a punto de desaparecer.

Durante el siglo XVII combatieron en el mar contra los piratas y corsarios que atacaban barcos y poblaciones costeras. Fijaron su puerto en Saint Maló, donde tuvieron hasta diez fragatas. En esta época Gregorio XIII, mediante bula, los unió de nuevo con la orden de San Mauricio. La unión se convirtió en una de las organizaciones religiosas más poderosas de Italia, aunque los lazaristas siguieron conservando gran parte de su independencia ya que, como había sucedido antes, la rama de Boigny no acató el mandato papal.

A partir del siglo XV, existe una notable lista formada por Maestres ilustres de la orden, entre los que podemos encontrar a los marqueses de Nerestang, Dangeau y Luvois; a los que se añaden el duque de Berry, que luego llegaría al poder como Luis XVI hasta la revolución francesa, cuando fue guillotinado. Hay que añadir al conde de Provenza que también sería coronado como Luis XVIII; dos zares, Pablo I y Alejandro I y el archiduque Leopoldo de Austria. Tuvo varios protectores, como Carlos X.

Los lazaristas se unieron a las antiguas órdenes del Espíritu Santo, la de San Miguel y la de San Luis, imponiendo a los aspirantes requisitos estrictos, como la obligación de poseer nueve grados de nobleza y ser católicos reconocidos.

Al contrario que otras instituciones desaparecidas, hoy día siguen existiendo. Tienen representantes en Alemania, Suiza, Portugal, Holanda, Polonia, Italia, Francia y España, donde fue declarada de utilidad pública en el año 1940.

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