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martes, 8 de diciembre de 2009

La Inmaculada Concepción


Hoy 8 de diciembre, celebramos el día de la Inmaculada Concepción. Por ese motivo queremos desde la encomienda de Barcelona, homenajear este litúrgico día, hablando sobre el dogma de la Inmaculada Concepción.

Esperamos sea de vuestro agrado.

El dogma de la Inmaculada Concepción es un artículo de fe del Catolicismo que sostiene la creencia en que María, madre de Jesús, a diferencia de todos los demás seres humanos, no fue alcanzada por el pecado original sino que, desde el primer instante de su concepción, es decir, de su ser personal, estuvo libre de todo pecado. No debe confundirse esta doctrina con la de la maternidad virginal de María, que sostiene que Jesús fue concebido sin intervención de varón y que María permaneció virgen antes, durante y después del embarazo.

Al desarrollar la doctrina de la Inmaculada Concepción, la Iglesia Católica contempla la posición especial de María por ser madre de Jesús de Nazaret y sostiene que Dios preservó a María libre de todo pecado y, aún más, libre de toda mancha o efecto del pecado original, que había de transmitirse a todos los hombres por ser descendientes de Adán y Eva, en atención a que iba a ser la madre de Jesús, que es también Dios. La doctrina reafirma con la expresión "llena eres de gracia" (Gratia Plena) contenida en el Saludo del Ángel (Lc. 1,28) y en la oración del Ave María este aspecto de ser libre de pecado por la gracia de Dios.

Otros padres que dan similares alabanzas a María son san Justino, san Ireneo, san Efrén, san Ambrosio y san Agustín.

La idea de María como antítesis de Eva era común y muy desarrollada por los Padres de la Iglesia en los inicios del cristianismo. Igual que una mujer, Eva, había sido la causa de la perdición del género humano, María era causa de la salud al ser la madre del Redentor.

Desde el siglo V existía ya una fiesta a la concepción de santa Ana, fiesta que se inicia en el oriente griego difundiéndose por Italia meridional (en el Siglo VII), Irlanda (desde el siglo IX) e Inglaterra (desde el siglo XI). Durante los siglos XII y XIV surgieron diversas controversias o debates teológicos sobre este asunto. Los papas Sixto IV y Alejandro VII, entre otros, prohibieron las enseñanzas contrarias a la doctrina de la Inmaculada Concepción. El movimiento inmaculista alcanzó gran pujanza durante las edades Media y Moderna gracias a los franciscanos, grandes devotos y propagadores de esta advocación mariana.

La creencia piadosa en la Inmaculada Concepción arraigó especialmente en España. Numerosos templos, capillas, ermitas y monumentos le fueron dedicados, y fue nombrada patrona del reino por Carlos III, quien además creó la Orden de Carlos III en su honor.

La doctrina fue definitivamente definida como dogma de fe y por tanto revestida de los caracteres de infalibilidad e inmutabilidad el día 8 de diciembre de 1854, en la bula Ineffabilis Deus del papa Pío IX. Desde entonces el día 8 de diciembre ha quedado como fecha de la fiesta de la Inmaculada Concepción en toda la Iglesia Católica.

Especial relación con la Inmaculada tienen las apariciones de Lourdes. Bernadette Soubirous declaró que la Virgen María, al ser interpelada sobre su nombre, dijo: Yo soy la Inmaculada Concepción. Usualmente se representa la imagen de esta advocación de Lourdes con una banda azul celeste, color inmaculista, ciñéndole la cintura.

Fuente: Wikipedia

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