Durante los siglos del XIII al XVI, se desarrolló en las principales ciudades de España el arte de las vidrieras. Las grandes vidrieras que todavía podemos contemplar en nuestras catedrales, constituidas por vidrios de diferentes colores, formando figuras o composiciones, tan sólo se empleaban en las iglesias y en los palacios de reyes y grandes señores. Fueron muy usadas en el estilo gótico y en el renacimiento. Los vidrios van rebordeados de unos canutillos de plomo soldados entre sí.
Las vidrieras de las principales catedrales con grandes superficies, necesitaron un cálculo para conseguir una resistencia especial contra el viento. Ésta se conseguía cruzando unas fuertes barras de hierro de medidas determinadas que se integraban o disimulaban en el dibujo.
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