Desde la encomienda de Barcelona retomamos el apartado dedicado a los edificios templarios de España. Para ello recobramos un texto del madrileño D. Juan Ignacio Cuesta Millán, que fue publicado en el libro “Codex Templi” y que nos habla de uno de las construcciones más emblemáticas de la península Ibérica que se hallan en Navarra.
Como bien habrán imaginado, nos estamos refiriendo a la peregrina iglesia de Eunate.
Desde este humilde rincón, confiamos que su lectura la encontraréis agradable.
Vista aérea de la ermita de Eunate
La ermita de Eunate y su contorno
Uno de los antros iniciáticos más importantes de la península Ibérica es el monasterio de San Juan de
Todo el complejo arquitectónico de San Juan de
Siguiendo el camino jacobeo, cerca de Puente
El tercer destino de este recorrido es el más importante, si esto es posible: la iglesia de Santa María de Eunate (siglo XII), en Navarra. Este extraño santuario provoca en el viajero una extraña sensación de estupor. A primera vista, todo es irregular: se trata de un edificio de rara apariencia, decididamente heterodoxo. Ningún otro recinto sagrado se le parece, salvo el Santo Sepulcro y la mezquita de Al Aqsa de Jerusalén. Su forma es octogonal, con paredes de distintos tamaños. La arquería que rodea el cuerpo central, sin trazas de haber nunca soportado un techo, semeja un esqueleto pétreo que parece fuera de lugar y con una función desconocida y extraña. El peregrino tiene la sensación de encontrarse ante una puerta sagrada que se abre a dimensiones desconocidas, aunque bien estudiadas por quienes mandaron levantarla.
Al igual que el castillo templario de Ponferrada, la ermita de Nuestra Señora de Eunate responde en su estructura a una relación con la disposición de los cuerpos celestes, como los restos megalíticos de Stonehenge (Reino Unido). ¿Por qué? Porque el hombre medieval siempre está dispuesto a mirar hacia arriba. Dice el principio más solemne de la sabiduría hermética: “Lo que está arriba es como lo que está abajo”. Y dice el Evangelio: “Lo que atares en la Tierra, será atado en el Cielo”. La “arquitectura sagrada” lo es porque es una forma de llevar a la materia las proporciones armónicas presentes en el Universo, tanto en el macrocosmos, como en el microcosmos.
Eunate es una imagen del alma. El ocho –la ermita es octogonal- es el número generatriz que suma cabalísticamente dos unidades más para llegar a la unidad perfecta. Es el mejor ejemplo del edificio templario por antonomasia. La proporción nace de la irregularidad, como irregular es el principio de entropía que la física descubrió muchos años después. Todo sigue un plan diseñado para ser comprendido por quien puede hacerlo.
El peregrino tal vez querrá detenerse en algunos elementos distribuidos de un modo aparentemente anárquico. Sobre todo, podrá advertir un buen número de signos lapidarios que no son sino estrellas del firmamento formando constelaciones que se unen imaginariamente con las columnas que sujetan los arcos. Un enigma: ¿cómo sus constructores pudieron saber tantas cosas del cosmos sin telescopios? Algunas interpretaciones sugieren que estos conocimientos astrológicos fueron adquiridos en experiencias extracorpóreas denominadas “viajes astrales”. Tal vez algunas ceremonias secretas de este tipo permitieron la comprensión de determinados aspectos que pueden producirse en estados normales de conciencia. Y ésta es la esencia del enigma templario y la causa por la cual los templarios (y algunos otros iniciados) siguen despertando gran interés en la actualidad. Independientemente de su poder económico, de sus logros militares y de su férrea disciplina, los caballeros de la cruz bermeja comprendieron la verdadera estructura de todo cuanto existe. Esa estructura se basa en la “geometría sagrada” que aprendieron de los antiguos y que supieron transmitir a las cofradías de constructores a la hora de edificar sus mejores y más emblemáticos lugares de culto y ceremonia.
Nadie sabe a ciencia cierta si fueron los templarios quienes construyeron esta iglesia, pero quien busca la interpretación correcta de los indicios sabe que aquí puede percibirse su influencia, sus conocimientos y la materialización de los más altos ideales de su tiempo.
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