Nuestras memorias son demasiado olvidadizas y nuestra imaginación es demasiado escasa como para permitir que nos demos cuenta del beneficio que tenemos en nuestra seguridad frente a las mayores y sub-humanas bestias de presa. Los animales son ahora nuestros juguetes y nuestra comida, pero hubo un tiempo en que el hombre era presa y cazador, cuando cada paso lejos de la cueva o de la cabaña era una aventura y la posesión de la tierra todavía estaba en juego. Esta guerra hizo que el planeta fuera, con seguridad, el más vital en la historia humana; a su lado todas las demás guerras no eran más que peleas familiares que no conseguían nada. Esa lucha entre la fuerza corporal y el poder de la mente se libró durante largos y no recordados años, y cuando al final se ganó, el triunfo del hombre –su seguridad sobre la tierra- se transmitió a través de miles de generaciones, con otro centenar de regalos del pasado, para formar parte de la herencia que recibimos al nacer. ¿Qué son todas nuestras retrogresiones temporales contra el historial de un conflicto de esta clase y de una victoria así?
No hay comentarios:
Publicar un comentario