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miércoles, 25 de noviembre de 2009

Sociedades Secretas: Los Filósofos Desconocidos


Hemos encontrado interesante desde la encomienda de Barcelona, y siguiendo nuestro criterio respetuoso y libre, aclarar algunos aspectos sobre las sociedades secretas que han existido, existen y continuarán en un futuro influyendo en nuestra sociedad.

Para ello hemos seleccionado el trabajo del orientalista español Ramiro Calle, de su libro “Historia de las Sociedades Secretas”. Donde de manera clara y explícita, trata los aspectos más interesantes de una gran cantidad de sociedades de carácter iniciático. De esta manera queremos contribuir a que estas sociedades dejen de ser desconocidas y que en nuestros días, pueda sustituirse el adjetivo “secretas” por el de “iniciáticas”.

Esperamos sea de su agrado.

Retrato de Martínez de Pasqually, su fundador.

Los Filósofos Desconocidos fue una sociedad de naturaleza espiritual fundada en 1773, por un conjunto de individuos, muchos de ellos francmasones pertenecientes a los grados superiores, que aspiraban al estudio del esoterismo, el misticismo y los métodos capaces de conducir al ser humano hasta el centro de sí mismo y de llevarle hasta la “experiencia trascendental”. Sus miembros investigaban en todas las ramas de esoterismo, desde las facultades ocultas hasta la alquimia. Estimaban que en la naturaleza existen una serie de fuerzas que, una vez descubiertas, pueden ser aprovechadas para la elevación espiritual del individuo.

Los adeptos pertenecientes a la sociedad de los Filósofos Desconocidos buscaban la auto-superación moral y espiritual, el progreso místico, tratando de pulsar el resorte capaz de hacer desembocar la conciencia en los planos más superiores. Era una sociedad secreta e iniciática.

La iniciación comprendía doce grados: Aprendiz, Compañero, Maestro, Elegido, Maestro escocés, Caballero de Oriente, Caballero Rosacruz, Caballero del Templo, Filósofo Desconocido, Filósofo Sublime, Iniciado y Filatelo.

Esencialmente alquimistas, más desde su vertiente puramente espiritual que material, los Filósofos Desconocidos comparaban sus doce grados de iniciación a las doce operaciones alquímicas: calcinación, disolución secreta, separación de los elementos, conjugación matrimonial, putrefacción, coagulación, incineración, sublimación, exaltación, multiplicación y proyección.

En un principio, el adepto es como la piedra bruta, pero poco a poco, mediante el debido adiestramiento espiritual y un minucioso proceso de purificación, la piedra bruta se hace piedra pulida, el metal de baja calidad se convierte en oro, el adepto se aproxima a la iluminación.

El trabajo interior es la escalera que conduce a la iluminación. Como en las operaciones alquímicas, el proceso es largo y laborioso. El ser humano debe desprenderse de todo aquello que enturbia su Yo, debe liberarse de su falsa y burda personalidad y penetrar hasta la esencia misma.

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