Desde la encomienda de Barcelona, queremos sumarnos a una iniciativa propuesta en Facebook, para que la ciudad condal, tenga una plaza con el nombre del anterior Papa Juan Pablo II.
Durante estos días, vamos a rastrear en la red, para que la Casa del Temple de Barcelona, pueda figurar con el resto de admiradores.
Por ese motivo queremos compartir esta noticia, publicada en forumlibertas; deseando que también sea de vuestro agrado.
Se han cumplido cinco años del deceso del Papa polaco que es el tiempo estipulado por el Ayuntamiento de Barcelona para que una personalidad figure en su callejero
Una nueva iniciativa en Facebook respalda que se le otorgue a una plaza el nombre de Juan Pablo II en Barcelona. El pasado 2 de abril se cumplieron cinco años del fallecimiento del Papa cuyo pontificado duró 27 años. Cinco años es lo que pide la normativa del consistorio barcelonés para que “una personalidad figure en su callejero”, según especifica el perfil que lleva el nombre “Juan Pablo II se merece una plaza en Barcelona”.
Además, la iniciativa que ya cuenta con 226 admiradores explica que este homenaje sería “una forma de corresponder a la visita que Juan Pablo II hizo a Cataluña” en el año 1982 y que fue el último año en que un pontífice visitara la Ciudad Condal, en aquella visita el Papa polaco también visitó Montserrat. Aquel constituyó el primero de los cinco viajes que realizaría Juan Pablo II a España en su pontificado.
Cinco años para el reconocimiento ¿o más?
Una norma del Ayuntamiento de la capital catalana establece que para conceder la mención de que una calle lleve el nombre de alguna personalidad representativa deben pasar como mínimo cinco años desde su deceso.
Ese fue el argumento que esgrimió en el año 2007 el Ayuntamiento catalán a E-Cristians cuando esta asociación inició una campaña para que los ayuntamientos españoles incorporaran en sus callejeros una calle o plaza con el nombre del Papa Juan Pablo II que había fallecido recientemente.
Más de 30 grandes ayuntamientos respondieron afirmativamente a aquella llamada de E-Cristians para homenajear a un hombre cuyos méritos eran más que sobrados: su lucha por la paz, la libertad y la igualdad entre todos los pueblos del planeta y su defensa de la vida desde el instante de su concepción hasta el último suspiro; así como su decisiva contribución a la caída del muro de Berlín y del sistema comunista en Europa.
Su largo pontificado de 27 años y su trayectoria al frente de la confesión más extendida y practicada en todo el mundo justificada más que sobradamente el homenaje.
Ayuntamientos como Madrid, Zaragoza, Vitoria, Burgos, Las Palmas de Gran Canaria, y un largo etcétera, aprobaron entonces la iniciativa y tienen en hoy en día una plaza, parque o calle con el nombre del Pontífice. El Ayuntamiento de Barcelona declinó la iniciativa escudándose en que su muerte era demasiado reciente y la normativa del Ayuntamiento no permitía contemplar esos casos.
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