Según la lamentable situación de discriminación que tienen que sufrir nuestros mayores en una sociedad en la cual ‘nos da pena envejecer’; en esta sociedad española, donde el canon de belleza lo marca tan sólo la juventud ‘veinteañera’, venerada por la mayoría de diseñadores, estilistas, gerentes de medios de comunicación, directores de cine, empresarios, y un largo etc. de distintas profesiones que nos rodean diariamente.
Luego, los distintos gobiernos progresistas, que siempre nos han contado que defienden a las minorías. Lejos están de aplicarse el cuento en este asunto, y también nuestros políticos españoles, discriminan a las personas mayores. Bueno, quizás no del todo. Un ejemplo lo tenemos en la propia vice-presidenta del gobierno, Dña. María Teresa Fernández de la Vega, donde vemos claramente que a sus sesenta años de edad, todavía asume responsabilidades políticas.
Imagen de Fernández de la Vega.
Entonces, ¿por qué continúa pretendiendo el ejecutivo socialista en ‘reformar’ a la sociedad, cuando en sus propias filas, tienen en cargos importantes a gente de avanzada edad? De igual modo, no asistimos a ver que sus colegas de profesión, presionen a Zapatero para que la ‘jubilen’ de su cargo.
¿Por qué si observamos que dicha discriminación existe en la mayoría de sectores profesionales, por qué no lo observamos también en la política? A lo mejor, es que la vice-presidencia del gobierno será poco importante para tener a un ‘veinteañero’, dirigiéndose al resto de la Nación.
Desde la encomienda de Barcelona, no sólo exigimos que a la vice-presidenta no se la discrimine por razón de edad, sino todo lo contrario, que el resto de españoles con su misma edad, o incluso más mayores, vean protegidos no sólo sus derechos, sino también continúen sintiéndose útiles, en esta ‘primaverosa’ sociedad.
Por ese motivo, queremos colgar el siguiente texto, extraído de la página de forumlibertas, donde explica con claridad, la penosa situación por la que atraviesan nuestros mayores.
Deseamos que su lectura, sea de vuestro agrado.
Un estudio de “La Caixa” revela mayor multidependencia y “discriminación por la edad”, cobertura asistencial insuficiente y grandes diferencias entre CC.AA.
El Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero parece resuelto a abrir una puerta a la “eutanasia encubierta” en España. Un buen ejemplo de ello es la reciente Ley de ‘muerte digna’ aprobada el pasado 17 de marzo en el Parlamento de Andalucía.
Sin embargo, lo que nuestros mayores necesitan en la etapa más difícil de su vida son más cuidados paliativos en los casos extremos y una mayor cobertura asistencial que, a día de hoy, es a todas luces insuficiente.
Eso es lo que viene a constatar el estudio El cuidado de las personas. Un reto para el siglo XXI, elaborado por la Obra Social de la Fundación “La Caixa”, en el número 28 su ‘Colección Estudios Sociales’.
En este informe también se muestran las grandes diferencias entre Comunidades Autónomas a la hora de atender las demandas de las personas de mayor edad en lo relativo a servicios sociales asistenciales destinados a este colectivo.
Multidependencia y discriminación por la edad
El estudio revela que el “concepto de multidependencia (al igual que se alude al de multi o pluricuidadora) para expresar que muchos mayores precisan no de una sino de varias personas e instituciones para ser atendidos: hijas, ayuda a domicilio, asistencia externa, etcétera”, es una realidad a día de hoy.
“Muchos de los estereotipos y prejuicios negativos (los mayores son una carga, improductivos, pobres, pasivos, dementes, etc.) derivan de los diferentes tipos de dependencia aludidos”, añade el texto.
Además, “a las formas clásicas de discriminación (como, sexismo, etnocentrismo) se suma una nueva: el edadismo o discriminación por edad”, un fenómeno en el que influye el hecho de que “las limitaciones aumentan con la edad: tres de cada cuatro nonagenarios son
dependientes”, señala.
Cobertura insuficiente y grandes diferencias
Al mismo tiempo, el estudio sobre ‘el cuidado de las personas’ muestra que “una de las principales demandas de los mayores es el aumento de la calidad y cantidad de los apoyos formalizados a los que pueden acceder”.
Se trata de los Servicios de Atención a Domicilio (SAD, teleasistencia y otros servicios de atención domiciliaria), Servicios de Atención Diurna (hogares y clubes para mayores y centros de día) y Servicios de Atención Residencial (centros residenciales, viviendas tuteladas, acogimiento familiar y apartamentos residenciales).
En ese sentido, el informe constata que “la cobertura es todavía muy insuficiente”, al mismo tiempo que se observan unas “diferencias destacables dependiendo de las comunidades autónomas”, tal como se aprecia en el cuadro siguiente, reproducido a partir del estudio de “La Caixa”.
Lo primero que hay que señalar a la vista de la tabla es que, aunque la media de los servicios asistenciales a los ancianos se ha doblado en los últimos cinco años, esta mejora no se puede atribuir exclusivamente al Estado sino que se debe en gran medida a las iniciativas privadas o concertadas, con subvenciones, como en el caso de la propia Obra Social de “La Caixa”. Es la propia sociedad civil y no el Estado la que toma la iniciativa en este campo.
En cuanto a las diferencias entre comunidades, si observamos cada una de las coberturas mostradas en el cuadro se puede ver que son importantes en todas ellas. Los indicadores están reflejados en porcentaje de personas usuarias de más de 65 años y se refieren al año 2008.
Las mejores y las peores
Exceptuando los casos de Ceuta y Melilla, en los servicios de atención a domicilio destacan por su buen hacer las comunidades de Extremadura (9,90%), Madrid (7,97%) y Castilla-La Mancha (7,76%); mientras que en el otro extremo están Galicia (1,66%), Murcia (2,42%) y Comunidad Valenciana (2,74%).
Con respecto a la teleasistencia, las CC. AA. mejor situadas son Madrid (11,94%), Castilla-La Mancha (8,58%) y Navarra (5,89%). Por el contrario, Canarias y Galicia (1,20%) y La Rioja (1,93%) tienen los menores porcentajes.
Los centros de día atienden más porcentaje de ancianos en Madrid (1,28%), Extremadura (1,11%) y Cataluña (1,07%), en tanto que Asturias (0,56%), Galicia y Navarra (0,57%) son las peor situadas.
En cuanto a los servicios residenciales, Castilla y León (6,80%), Castilla-La Mancha (6,76%) y Aragón (6,10%) obtienen los mejores porcentajes. Los más bajos van para Galicia (2,76%), Murcia (2,87%) y Andalucía (2,98%).
Cabe resaltar que Madrid y Castilla-La Mancha destacan sobre el resto de comunidades prácticamente en todas las coberturas de sus servicios sociales destinados a las personas mayores de 65 años.
Envejecer en casa
Por otra parte, el estudio subraya que “las actuales generaciones de mayores se jubilan con unas trayectorias vitales diferentes y, por lo tanto, con nuevas demandas y necesidades tales como formación y autorrealización, ciudadanía plena, mayor libertad y más apoyo público y formalizado”.
Al mismo tiempo, “se constata la pervivencia de otras demandas más allá de la trilogía clásica de valores (salud, dinero y amor): cuidados en el propio domicilio, atención integral (en todos los sentidos y con diferentes agentes además de la familia), actividad elegida, autonomía pero sin soledad y mejora de las pensiones, principalmente”, añade el informe.
También destaca que “se prefiere envejecer en casa, cerca de los allegados, con independencia y libertad de elegir cómo ser cuidado”.
Pero, estos planteamientos se estrellan en muchas ocasiones contra los problemas económicos: “el 33% de los mayores sobrevive con menos de 9.000 euros/año, según la Encuesta de Condiciones de Vida de las Personas Mayores de 2006”.
“No se puede vivir la multidependencia aludida con estas carencias y falta de apoyo. Sin duda, las respuestas actuales son insuficientes”, concluye el estudio de la Fundación “La Caixa”.
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