Desde la
Encomienda de Barcelona queremos compartir con todos vosotros la meditación del
evangelio de ayer domingo 9 de marzo. Esta vez, los versículos de Mateo,
recogen las tres tentaciones que Jesús recibe del demonio estando en el
desierto.
Desde Temple
Barcelona esperamos que desde vuestros hogares, podáis reflexionarlo con calma.
‘Jesús
fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el demonio.
Después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, sintió hambre.
Y el tentador, acercándose, le dijo: "Si tú eres Hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en panes".
Después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, sintió hambre.
Y el tentador, acercándose, le dijo: "Si tú eres Hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en panes".
Jesús le respondió: "Está escrito: El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios".
Luego el demonio llevó a Jesús a la Ciudad santa y lo puso en la parte más alta del Templo, diciéndole: "Si tú eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: Dios dará órdenes a sus ángeles, y ellos te llevarán en sus manos para que tu pie no tropiece con ninguna piedra". Jesús le respondió: "También está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios". El demonio lo llevó luego a una montaña muy alta; desde allí le hizo ver todos los reinos del mundo con todo su esplendor, y le dijo: "Te daré todo esto, si te postras para adorarme". Jesús le respondió: "Retírate, Satanás, porque está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él solo rendirás culto".
Entonces el demonio lo dejó, y unos ángeles se acercaron para servirlo.’ (Mt 4, 1-11)
Reflexión:
Estos
versículos escritos por el discípulo San Mateo, demuestran la fe y la fuerza
que se ha de tener frente a las múltiples tentaciones a las que fue expuesto
Nuestro Señor Jesucristo por el príncipe de la mentira.
Nosotros
no somos ajenos a esta realidad y diariamente estamos sometidos a muy diversas
tentaciones que debemos verlas como pruebas para determinar nuestra voluntad
hacia lo divino y lo terrenal.
Plegaria:
¡Señor! Dame la fe y la
fuerza necesarias para vencer a las tentaciones que pretenden apartarnos de Tu
camino.
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