Desde la encomienda de
Barcelona, queremos compartir con todos vosotros el evangelio de ayer domingo
13 de enero, para que podamos reflexionarlo privadamente y podamos entre todos
meditar las Sagradas Escrituras de manera constructiva.
Desde Temple Barcelona
estamos convencidos de que sus versículos los encontraréis gratificantes.
‘Como
el pueblo estaba a la expectativa y todos se preguntaban si Juan no sería el
Mesías,
él tomó la palabra y les dijo: "Yo los bautizo con agua, pero viene uno que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de desatar la correa de sus sandalias; él los bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego.
Todo el pueblo se hacía bautizar, y también fue bautizado Jesús. Y mientras estaba orando, se abrió el cielo
y el Espíritu Santo descendió sobre él en forma corporal, como una paloma. Se oyó entonces una voz del cielo: "Tú eres mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección". (Lc 3, 15-16. 21-22)’
él tomó la palabra y les dijo: "Yo los bautizo con agua, pero viene uno que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de desatar la correa de sus sandalias; él los bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego.
Todo el pueblo se hacía bautizar, y también fue bautizado Jesús. Y mientras estaba orando, se abrió el cielo
y el Espíritu Santo descendió sobre él en forma corporal, como una paloma. Se oyó entonces una voz del cielo: "Tú eres mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección". (Lc 3, 15-16. 21-22)’
Reflexión:
Bajo
las palabras de Juan el Bautista, advirtiendo a las personas que él no es el
Mesías sino otro que ha de venir, se descifra una de las claves que encontramos
en la fe cristiana, ser humildes. Ante aquella escena, cargada de prudencia y
de esperanza, Dios Padre se pronuncia públicamente, reconociendo a su Hijo
delante de todos los allí congregados. Esta acción, la del descenso del
Espíritu Santo sobre Jesús, revela que no hay secretos entre Dios y la
humanidad, cumpliéndose la profecía mesiánica.
Plegaria:
¡Señor!
Tu nos revelaste la verdad mediante la Palabra y la acompañaste de acciones
salvíficas para el bien de la humanidad. Haznos merecedores de Ti, ilumínanos
con la divina luz, para que podamos dirigir nuestros pasos a tu encuentro.
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