Desde la
encomienda de Barcelona, queremos compartir con todos vosotros -como viene siendo habitual-, el evangelio del
pasado domingo 30 de diciembre. Acabamos de comenzar el año y por ello le
pedimos al Altísimo que nos ayude a afrontar con humildad y sabiduría los retos
que se nos planteen durante este nuevo año 2013.
Desde
Temple Barcelona esperamos que su lectura os sea interesante y aprovechamos
para desearos un Feliz Año 2013.
‘Sus padres iban todos los años a Jerusalén en
la fiesta de la Pascua.
Cuando el niño cumplió doce años, subieron como de costumbre,
y acabada la fiesta, María y José regresaron, pero Jesús permaneció en Jerusalén sin que ellos se dieran cuenta.
Creyendo que estaba en la caravana, caminaron todo un día y después comenzaron a buscarlo entre los parientes y conocidos.
Como no lo encontraron, volvieron a Jerusalén en busca de él.
Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas.
Y todos los que lo oían estaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas.
Al verlo, sus padres quedaron maravillados y su madre le dijo: "Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Piensa que tu padre y yo te buscábamos angustiados".
Jesús les respondió: "¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?".
Ellos no entendieron lo que les decía.
El regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba estas cosas en su corazón.
Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia delante de Dios y de los hombres.’ (Lc 2, 41-52)
Cuando el niño cumplió doce años, subieron como de costumbre,
y acabada la fiesta, María y José regresaron, pero Jesús permaneció en Jerusalén sin que ellos se dieran cuenta.
Creyendo que estaba en la caravana, caminaron todo un día y después comenzaron a buscarlo entre los parientes y conocidos.
Como no lo encontraron, volvieron a Jerusalén en busca de él.
Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas.
Y todos los que lo oían estaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas.
Al verlo, sus padres quedaron maravillados y su madre le dijo: "Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Piensa que tu padre y yo te buscábamos angustiados".
Jesús les respondió: "¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?".
Ellos no entendieron lo que les decía.
El regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba estas cosas en su corazón.
Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia delante de Dios y de los hombres.’ (Lc 2, 41-52)
Reflexión:
El evangelista Lucas, mediante estos
versículos, pone de manifiesto la implicación que tuvo Jesús de Nazaret, ya
desde pequeño, con la doctrina religiosa. Para ello no dudó en ir hasta el
mismo corazón de Dios, el Templo de Salomón –reconstruido por Herodes- para
comentar las Sagradas Escrituras. Jesús con su respuesta a Nuestra Señora la
Virgen María, se decanta por la prioridad del Padre por encima de las
familiares.
Plegaria:
¡Señor! Dame fuerzas para implicarme más a
menudo en el pensamiento religioso y así poder entender mejor la manera en la
que debo obrar.
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