© 2009-2019 La página templaria que habla de cultura, historia y religión - Especial 'Proceso de los templarios'

lunes, 12 de diciembre de 2011

Evangelio dominical: En medio de vosotros hay uno que no conocéis


Desde la encomienda de Barcelona queremos una vez más compartir con todos vosotros el evangelio de ayer domingo, día de Nuestro Señor. Sin duda el primer capítulo del evangelista Juan es uno de los más bonitos textos sagrados del Nuevo Testamento.

Desde Temple Barcelona deseamos que su lectura os transporte a sensaciones agradables de percibir.

“Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. El no era luz, sino el testigo de la luz.

Este es el testimonio que dio Juan, cuando los judíos enviaron sacerdotes y levitas desde Jerusalén, para preguntarle: «¿Quién eres tú?». El confesó y no lo ocultó, sino que dijo claramente: «Yo no soy el Mesías». «¿Quién eres, entonces?», le preguntaron: «¿Eres Elías?». Juan dijo: «No». «¿Eres el Profeta?». «Tampoco», respondió. Ellos insistieron: «¿Quién eres, para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo?» Y él les dijo: «Yo soy una voz que grita en el desierto: Allanen el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías». Algunos de los enviados eran fariseos, y volvieron a preguntarle: «¿Por qué bautizas, entonces, si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?». Juan respondió: «Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay alguien al que ustedes no conocen: él viene después de mí, y yo no soy digno de desatar la correa de su sandalia». Todo esto sucedió en Betania, al otro lado del Jordán donde Juan bautizaba.” (Jn 1, 6-8. 19-28)

Reflexión:

Sin duda la humildad y la visión de Juan el Bautista predicando que vendrá uno más poderoso que él, el Mesías. Esta característica de Juan al ponerse por debajo de Jesús, es el primer testimonio de grandeza cristiana; el reconocer que somos inferiores a Dios y por tanto que debemos hacer su voluntad puesto que el Elegido de Dios, viene a ayudarnos. Esta lección de humildad es beneficiosa para el espíritu de los hombres que desean engrandecerse como auténticos hijos de Dios, poniéndose a su servicio, sin merecer más que la voluntad del Altísimo.

Plegaria:

Señor, despierta el pastorcillo que hay en cada uno de nosotros para hacer más llevadera la situación a las personas más necesitadas que nosotros. Fortaleced nuestras manos débiles, y danos un corazón valiente para obrar siempre en consecuencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario