Que el mundo ha ido
evolucionando y continuará avanzando adaptándose a nuevas
circunstancias, eso es evidente. Pero siempre hay quien da la nota y
se queda en el camino hasta que, irremediablemente, acaba por
extinguirse. Ese es el caso de los defensores del Estado Islámico.
Otro juguete más que acabará cayendo en el olvido. De momento y
tristemente, todavía no se ha desvanecido. Se publicitan asesinando
a inocentes y se ensañan, también, con las piedras. Obras tan
antiguas que se escapa del entendimiento humano el destruirlas. El
analfabetismo ético y la discapacidad intelectual de sus autores,
nos muestran que son lunáticos. Sería muy fácil utilizar la raíz
de esta palabra (luna), que como bien saben, es un símbolo musulmán,
para intentar relacionar analfabetismo con islam. Eso sería muy
fácil, créanme, pero no vamos caer en tal tentación, sino que
invitamos a los musulmanes inteligentes a que atrapen a estos tipejos
y tipejas, dándoles lo que se merecen. ¡A buen entendedor...!
Si hay algo más
peligroso que la locura, es un imbécil loco que vaya armado. Como es
el caso de los hombrecillos con turbantes y kalashnikov de los que
hablamos. Títeres listos que han sido asesorados, ¡ves a saber!,
por otros tan listos como ellos. Volvemos a rogarles, musulmanes
inteligentes, no esperen a que estos chalados acaben extinguiéndose
por sí solos, que lo harán, pero antes se llevarán por delante a
sus hijos. ¡Y esos no tienen culpa! Háganos caso, ¡deténganlos!
La humanidad lo agradecerá.
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