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lunes, 11 de junio de 2012

Evangelio dominical: “Tomen, esto es mi Cuerpo”



Desde la encomienda de Barcelona, tal y como viene siendo habitual, queremos compartir con todos vosotros la reflexión sobre el evangelio de ayer domingo 10 de junio, fiesta donde los cristianos conmemoramos el Corpus Cristi.

Desde Temple Barcelona estamos seguros de que vuestra meditación os será próspera.

Pintura medieval de la Última Cena.

“El primer día de la fiesta de los panes Acimos, cuando se inmolaba la víctima pascual, los discípulos dijeron a Jesús: "¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la comida pascual?". 
El envió a dos de sus discípulos, diciéndoles: "Vayan a la ciudad; allí se encontrarán con un hombre que lleva un cántaro de agua. Síganlo, 
y díganle al dueño de la casa donde entre: El Maestro dice: '¿Dónde está mi sala, en la que voy a comer el cordero pascual con mis discípulos?'. 
El les mostrará en el piso alto una pieza grande, arreglada con almohadones y ya dispuesta; prepárennos allí lo necesario". 
Los discípulos partieron y, al llegar a la ciudad, encontraron todo como Jesús les había dicho y prepararon la Pascua. 
Mientras comían, Jesús tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: "Tomen, esto es mi Cuerpo". 
Después tomó una copa, dio gracias y se la entregó, y todos bebieron de ella. 
Y les dijo: "Esta es mi Sangre, la Sangre de la Alianza, que se derrama por muchos. 
Les aseguro que no beberé más del fruto de la vid hasta el día en que beba el vino nuevo en el Reino de Dios". 
Después del canto de los Salmos, salieron hacia el monte de los Olivos.” (Mc 14, 12-16; 22-26)

Reflexión:

Estos versículos narrados por el evangelista San Marcos, la Iglesia los adoptó para la celebración eucarística, donde se produce el misterio de la transustación del pan acimo y el vino, en el Cuerpo y Sangre de Cristo. Jesús agradeció el trabajo de sus discípulos y les obsequió para que pudieran “alimentarse” tanto física como espiritualmente de Él con los dones de la tierra: el pan y el vino.

Plegaria:

¡Señor! Te damos gracias por los dones que nos ofreces cada vez que los acercas a nuestra mesa. Te rogamos des pan al que tiene hambre y a los que tenemos pan, hambre de Ti.

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