© 2009-2019 La página templaria que habla de cultura, historia y religión - Especial 'Proceso de los templarios'

sábado, 8 de junio de 2019

Reflexionar es de sabios



Han pasado casi tres años de silencio; tres años sin poner ni una coma en el blog. Quizá no tuviese tiempo o tal vez no me dio la gana clavarme en el escritorio, acercar mi silla a la mesa y hacerme con el teclado del ordenador. El caso es que he vuelto a sentir las ganas de compartir mis ideas con vosotros.

Un runrún inquietante, que desde hacía algunas semanas rondaba por mi mente, me convenció que debía escribir sobre las ideas que distraen mi cerebro. Por eso, en la cabecera he puesto, con un tamaño de letra más grande, la palabra “Reflexiones”. Esa palabra creí que era la más oportuna para indicar qué pretendo conseguir a la hora de subir un texto; la de haceros pensar detenidamente sobre el tema expuesto.

Ciertamente, no a todas las personas les gusta madurar las cosas cuando no es de imperiosa necesidad. Nuestra mente, por ahorrar energía para otras cosas vitales, pasa de puntillas sobre la mayor parte de las situaciones que suceden a nuestro alrededor. Pensar conlleva un esfuerzo, reflexionar puede llevar al agotamiento. Con esto, no quiero que penséis que cuando suba un texto lo haga para fastidiaros; lo que quiero es que os entretengáis pensando.


“El pensamiento refleja la naturaleza divina del hombre”. Esta cita fue de Napoleon Hill, escritor estadounidense y autor de autoayuda, que leí en su obra Piense y hágase rico, donde exponía ejemplos de éxito forjados por el pensamiento. Pero de lo que quiero que reflexionéis no son de los bienes materiales, que obviamente son importantes para nuestra subsistencia, sino de la razón alentada por Dios al hombre. Ese pensamiento es un gran tesoro que desarrolla la riqueza del alma humana.

La abundancia intangible, que rebosa de esperanza el corazón, libera al ser humano de los sufrimientos por alcanzar el reconocimiento social de su entorno, proporcional a sus posesiones materiales. Eso me llevó a plantearme que si la oración es importante como comunicación con el Creador, cuán no sería el pensamiento fervoroso en peticiones hacia Dios.

Si el Catecismo de la Iglesia Católica nos recuerda la limitación del hombre para poder expresar plenamente el infinito misterio de Dios, la Revelación de su Verbo encarnado, Jesucristo, no solo es la Palabra sino que, me atrevo a decir, también es el Pensamiento; ya que Jesús no imagina el mensaje de su Padre, lo tiene siempre presente, y habla a sus discípulos en boca de Él. Si lo que acabo de plantear fuera cierto, puedo afirmar sin equivocarme que Adán fue el hombre creado y Jesús fue el hombre pensado.

1 comentario: