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lunes, 8 de noviembre de 2010

Benedicto XVI: “La Sagrada Familia es un signo visible de un Dios invisible”




Desde la encomienda de Barcelona queremos comentar una frase pronunciada por el Santo Padre en la dedicación que la Sagrada Familia ha tenido en la visita del Papa Benedicto XVI ayer domingo a la ciudad condal, que define a la perfección el trabajo que el genial arquitecto catalán, D. Antoni Gaudí, transmitió en su obra del templo de la Sagrada Familia de Barcelona.

El enfoque modernista de la revelación divina en la consciencia humana, es fundamental en la obra de Gaudí. En esta labor se aprecia la manera sublime que tenía el arquitecto catalán en representar dicha revelación en la piedra.

Para ello hemos seleccionado el siguiente texto publicado en la página Forum Libertas. Confiamos que su contenido sea de vuestro agrado.

ForumLibertas.com

Un sonoro aplauso de las más de 7.000 personas congregadas en el templo ha sido el punto álgido de la ceremonia de dedicación que el Papa Benedicto XVI ha hecho de la Sagrada Familia, en el contexto de su histórica visita a Barcelona: a partir de ahora, la iglesia ya es oficialmente Basílica para el culto católico.


A continuación, el Pontífice se ha dirigido a la fachada del Nacimiento para rezar el Ángelus ante las decenas de miles de personas que le esperaban en la calle. A la hora del cierre de esta edición especial sobre la visita del Santo Padre a Barcelona, el Papa visitaba la Obra Benéfico social del Nen Déu (Niño Dios), en el barrio del Guinardó de Barcelona. Posteriormente, se desplazará al aeropuerto para poner punto final al viaje.


Tanto en Santiago de Compostela como en Barcelona, la palabra de Benedicto XVI ha dejado una huella imborrable entre los fieles que han acudido a esta importante cita, aunque no ha sido menor la repercusión mediática y ciudadana ante la presencia del Papa.


En el corazón del templo: “un signo visible del Dios invisible”


En la homilía que ha pronunciado el Papa en la Santa Misa de dedicación de la iglesia y del altar, el Santo Padre se ha referido al genial arquitecto que la proyectó: Antonio Gaudí.


“Recordamos, sobre todo, al que fue alma y artífice de este proyecto: a Antoni Gaudí, arquitecto genial y cristiano consecuente, con la antorcha de su fe ardiendo hasta el término de su vida, vivida en dignidad y austeridad absoluta”, dijo el Papa.


“Me ha conmovido especialmente la seguridad con la que Gaudí, ante las innumerables dificultades que tuvo que afrontar, exclamaba lleno de confianza en la divina Providencia: ‘San José acabará el templo’. Por eso ahora, no deja de ser significativo que sea dedicado por un Papa cuyo nombre de pila es José”, añadió.


Benedicto XVI destacó cómo “en el corazón del mundo […] levantamos una inmensa mole de materia, fruto de la naturaleza y de un inconmensurable esfuerzo de la inteligencia humana, constructora de esta obra de arte. Ella es un signo visible del Dios invisible, a cuya gloria se alzan estas torres, saetas que apuntan al absoluto de la luz y de Aquel que es la Luz, la Altura y la Belleza misma”.


Representación de Dios en el interior de la Sagrada Familia

La homilía del Papa se ha vuelto a referir a Gaudí, que “hizo algo que es una de las tareas más importantes hoy: superar la escisión entre conciencia humana y conciencia cristiana, entre existencia en este mundo temporal y apertura a una vida eterna, entre belleza de las cosas y Dios como Belleza”.


“La dedicación de este templo de la Sagrada Familia, en una época en la que el hombre pretende edificar su vida de espaldas a Dios, como si ya no tuviera nada que decirle, resulta un hecho de gran significado” continuó diciendo.


“Al consagrar el altar de este templo, considerando a Cristo como su fundamento, estamos presentando ante el mundo a Dios que es amigo de los hombres e invitando a los hombres a ser amigos de Dios”, agregó el Papa.


En defensa de la vida


Benedicto XVI abordó en su homilía los progresos conseguidos en estos últimos tiempos, tiempos con un alto contenido laicista. “No podemos contentarnos con estos progresos. Junto a ellos deben estar siempre los progresos morales, como la atención, protección y ayuda a la familia, ya que el amor generoso e indisoluble de un hombre y una mujer es el marco eficaz y el fundamento de la vida humana en su gestación, en su alumbramiento, en su crecimiento y en su término natural. Sólo donde existen el amor y la fidelidad, nace y perdura la verdadera libertad”.


“Por eso, la Iglesia aboga por adecuadas medidas económicas y sociales para que la mujer encuentre en el hogar y en el trabajo su plena realización; para que el hombre y la mujer que contraen matrimonio y forman una familia sean decididamente apoyados por el Estado; para que se defienda la vida de los hijos como sagrada e inviolable desde el momento de su concepción; para que la natalidad sea dignificada, valorada y apoyada jurídica, social y legislativamente”.

El Papa concluyó diciendo que, por todo ello, “la Iglesia se opone a todas las formas de negación de la vida humana y apoya cuanto promueva el orden natural en el ámbito de la institución familiar”.


“El matrimonio y la familia, esperanza de la humanidad”


Poco después, en el Ángelus pronunciado ante decenas de miles de fieles, Benedicto XVI ha hecho especial mención de la importancia de la familia en la actual sociedad.


“Hoy, he tenido el enorme gozo de dedicar este templo a quien siendo Hijo del Altísimo [...] nos ha enseñado sin palabras, la dignidad y el valor primordial del matrimonio y la familia, esperanza de la humanidad, en la que la vida encuentra acogida, desde su concepción a su declive natural”, resaltó.


Talla de la Sagrada Familia: José, María y Jesús como icono natural de la familia cristiana


En referencia de nuevo al genial arquitecto catalán, el Papa dijo que “el genio de Antoni Gaudí, inspirado por el ardor de su fe cristiana, logró convertir este templo en una alabanza a Dios hecha en piedra. Una alabanza a Dios que, como en el nacimiento de Cristo, tuviera como protagonistas a las personas más humildes y sencillas”.


“Gaudí, con su obra, pretendía llevar el Evangelio a todo el pueblo”, por eso el Pontífice recordó que, con esta monumental obra, el arquitecto cristiano “hacía así realidad la convicción que expresaba con estas palabras: ‘Los pobres siempre han de encontrar acogida en el templo, que es la caridad cristiana’”, concluyó Benedicto XVI en el Ángelus.

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