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jueves, 15 de marzo de 2012

El Temple y el ribat


Desde la encomienda de Barcelona, recobramos de nuevo el apartado destinado a valorar el papel histórico que tuvo la Orden del Temple. Para ello hemos seleccionado otro texto del catedrático en historia, Alain Demurger, de su libro “Vie et mort de l’ordre du Temple”.

Esta vez, Demurger, nos indica las posibles influencias que pudo tener el Temple del ribat.

Desde Temple Barcelona, estamos seguros que el contenido lo encontraréis interesante.

¿Significa eso, sin embargo, que el Temple y las órdenes religiosas militares son una creación pura del cristianismo occidental? Hubo un tiempo en que los historiadores aludieron a la posible influencia del ribat de los musulmanes. Después de algunos años de abandono de esta teoría, se acepta ahora la explicación, si bien sobre nuevas bases.

El ribat es un centro militar y religioso, fortificado, instalado en las fronteras del mundo musulmán. El servicio, voluntario y temporal, constituye un acto de ascesis y se considera como un aspecto del deber de djihad, la guerra santa del Islam: Los ribats eran numerosos en España.

El debate opone a los que piensan que, “en lo que se refiere a su estructura, el Temple y las demás órdenes militares nacieron de los monasterios cristianos y de las órdenes monásticas, en especial el Cister”, para las cuales no hay ninguna prueba directa de la influencia del ribat, a aquellos que, sensibles a los trabajos de los antropólogos, se interesan por los fenómenos de aculturización entre grupos culturales diversos y piensan que la imitación y los préstamos son más bien la regla que la excepción. Esquemáticamente, el historiador considerará que, si se encuentran rasgos similares, unidos entre sí de manera similar, a ambos lados de una frontera, hay prueba suficiente de difusión.

Pasar de la noción de guerra justa, en la que matar sigue siendo un pecado, a la noción de guerra santa, donde se hace lícito matar al infiel, no fue sencillo para el mundo cristiano. “Hasta la segunda mitad del siglo XI, la guerra, aunque bautizada, nunca había sido santificada”. Las polémicas que suscitó su santificación sugieren que la idea venía del exterior y, aunque combinada con éxito con los conceptos cristianos de peregrinación y guerra justa, el pensamiento cristiano tradicional nunca llegó a asimilarla por completo.

¿Se produjo una difusión de las características propias del ribat durante la formación de las órdenes militares y, especialmente, durante la aparición del Temple en España? Hay un eslabón esencial, hasta ahora menospreciado: la creación en 1122 de la confraternidad de Belchite. Alfonso I de Aragón asigna a esta confraternidad la misión de defender la frontera y combatir al infiel. Se permitía en ella el servicio temporal, como en el ribat. Ambas organizaciones comparten también la noción de mérito proporcional a la duración del servicio cumplido. Ahora bien, la noción de servicio temporal era ajena al monacato cristiano. Por lo tanto, tuvo que venirle de fuera.

En el Temple, los caballeros que se alistan por una duración limitada (fratres ad terminum) no se consideran como miembros de la orden. Sólo son “hermanos” los que han pronunciado votos que les comprometen para toda la vida. Se dan, pues, dos etapas “estructurales” en la adaptación de las características del ribat a las ideas cristianas de la vocación monástica. En Belchite, se aplica el modelo del ribat casi en su estado puro, con un servicio temporal dominante. El Temple representa una etapa más evolucionada. Las características tomadas del ribat se modifican para hacerse compatibles con el monacato tradicional. La confraternidad no podía subsistir mucho tiempo en aquella época. Desapareció una vez que la evolución llegó a su término: el Temple. Y sobre su modelo, se crearon otras órdenes militares, tanto en España como en Tierra Santa.

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